Tres días bajo el fuego
El 10 de julio de 1999, los pobladores de Puerto Rico (Meta) y sus 36 policías enfrentaron el violento ataque de 2 mil guerrilleros de las Farc, quienes durante tres días destruyeron no solamente la Estación de Policía sino también el colegio y varias de las casas vecinas. Luego de 30 horas de defenderse de los interminables cilindros bombas y de las ráfagas de ametralladoras, la fuerza policial comenzó a diezmar.
“Todos los policías que estábamos en Puerto Rico teníamos el presentimiento de que en cualquier momento se iba a presentar un ataque contra la estación. Ya había sucedido en El Billar (Caquetá), Mitú (Vaupés) y Miraflores (Guaviare) y seguramente iba a pasar allá. Lo que no nos imaginábamos era que sería con 500 guerrilleros y hasta una tanqueta hechiza, que fue la que despedazó el puesto de policía”. Recuerda el agente Salvador Amaya Rozo.
Y así fue, en la madrugada del 12 de julio, los guerrilleros les tomaron ventaja a los policías, quienes ya sin munición ni fuerzas para enfrentarlos tuvieron que rendirse, desesperados, frustrados y sin esperanzas. El ataque dejo como resultado 5 policías asesinados y 28 secuestrados, de los cuales 23, luego de 716 días privados de su libertad, fueron liberados por las Farc durante el fallido proceso de paz iniciado con el entonces presidente de la República Andrés Pastrana.
Luz Garzón es una mujer sobreviviente del ataque y habitante de Puerto Rico. Recuerda que ese episodio fue muy violento y devastador: “perdí un cuñado, quien murió en el hecho; me tocó salir de mi finca, alejar a mis hijos de sus estudios, perdí todo lo que tenía en el pueblo, a nosotros nos perseguían y nos intentaron matar varias veces”. Luz y su familia se vieron obligados a vivir en Villavicencio, donde permanecieron por espacio de tres meses sin trabajo, sin estudio para los hijos y había días que pasaban sin comer…
pero no todo puede ser violencia.
Aunque en las memorias de sus habitantes persisten los episodios de horror, poco a poco los han ido dejando atrás gracias a la seguridad que reina en el municipio. Los momentos difíciles del pasado, la barbarie de la guerra que les arrebató familiares, los expulsó de las tierras y los apartó de sus familias, no les pudo quitar los sueños de un futuro lleno de oportunidades para todos y un municipio que les brinde mejores oportunidades de bienestar y desarrollo económico.
Pero esa tarea no la han hecho solos. La Fuerza Pública hace presencia de manera permanente en el lugar desde el año 2000. Eso ha permitido a las administraciones locales hacer presencia en lugares donde no era posible acceder, generando desarrollo en puntos claves, mejorando la movilidad y dinamizando la economía rural, ya que los productores del campo se han podido asociar y comercializar el producido de las cosechas de piña, plátano, yuca, mazorca, ahuyama; además, ahora exportan cacao y sus derivados a países como Australia y Canadá.
“Cuando supimos que el Ejército estaba permanentemente en el pueblo decidimos volver y nos cambió la vida”, dijo doña Luz Garzón con lágrimas en los ojos, “yo pude crear mi microempresa con la que eduqué mis hijos”.
Una microempresa llamada “Manitas Creativas” donde elabora productos con material reciclable y los comercializa en el municipio y las instituciones. Esta ha sido el soporte para profesionalizar sus hijos. Incluso, uno de ellos, Wilmar Ricardo Romero Garzón, quien es un patrullero de la Policía Nacional y se encarga de diseñar simuladores de vuelo en el Ministerio de Defensa Nacional.
El padre Didier Martínez, párroco del lugar, aseguró que “el municipio ha cambiado en comparación a esa época de violencia y atraso”, afirma que hoy se puede ver una comunidad llena de esperanza, de progreso y desarrollo debido a la armonía reinante en el casco urbano y rural. El padre Didier exalta la intervención que ha tenido el Estado a través de las instituciones, que, según él, han sido pieza clave para mantener la paz y la motivación para traer avance a la municipalidad.
Autor
Área de Historia, Memoria Histórica y Víctimas
Unidad Policial para la Edificación de la Paz
Policía Nacional de Colombia
Alrededores de la Estación de Policía, luego del ataque a la población.