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Adios

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El adiós a un Edificador de Paz

Hoy queremos recordar la gran labor que realizó un Edificador de Paz, integrante de la Unidad Básica de Carabineros (UBICAR 22) y adscrito a la Unidad Policial para la Edificación de la Paz (UNIPEP), quien partió de este mundo el pasado 22 de marzo de 2020.

El Patrullero Helder José Cantillo Noguera, de 23 años de edad y con 3 años de servicio en la Institución, se caracterizaba por su generosidad, responsabilidad y entrega a la población de Playa Rica (El Yari), región que pertenece al departamento del Meta. Helder sobresalió por su liderazgo y hábil comunicación con las diferentes instituciones y autoridades locales, que han sido mediadoras en la solución pacífica de conflictos.

Su destreza profesional ayudó a construir un lazo de confianza y amistad, basado en el foto2 escrito1respeto por las diferencias, entre la comunidad y los excombatientes que habitan este territorio. Así logró una sinergia efectiva para el desarrollo y crecimiento de los proyectos que impactarían la construcción de un tejido social pacífico. Es importante destacar, que estas iniciativas no solo impactaron de manera positiva a la sociedad, como lo manifiestan sus líderes comunales e integrantes del comercio, políticos y adultos mayores, sino que definitivamente vinculó a los niños, niñas y adolescentes, desde sus roles como estudiantes; promoviendo entre sí valores y hábitos basados en la cultura de la legalidad, lo que ha permitido el fortalecimiento de ambientes seguros, libres de riesgos para su crecimiento y desarrollo como una sociedad sólida.

Tristemente, manos criminales pusieron fin a la meritoria y desprendida labor que nuestro compañero Helder Cantillo realizaba, arrebatándole sus sueños y proyectos para edificar una mejor Colombia. Este fatal hecho ocurrió cuando Helder atendió el llamado de la comunidad, denunciando que un grupo de personas presentaban síntomas del virus COVID-19. Sin dudarlo, él y su compañero salieron en su ayuda, pero cuando llegaron al lugar señalado, fueron víctimas de las armas de los violentos quienes les dispararon varias veces, cobraron su vida y dejaron lesionado a su compañero de patrulla.

Este acto de violencia perpetrado por presuntos criminales de un grupo residual de la extinta Farc y que delinquen en esta zona del país, indigna a sus compañeros quienes con lágrimas en los ojos le dijeron adiós a este Edificador de Paz el día de su entierro, pero a su vez, con mayor esmero y dedicación responden a sus victimarios, fortaleciendo su compromiso de entrega y aporte a la edificación de una tierra socialmente vinculante, perenne y estable, cuyo objetivo es consolidar un equilibrio, proporción y correspondencia adecuada entre sus diferentes actores.

“Que el sacrificio hecho por miles de colombianos no sea desconocido para las futuras generaciones”

Autor
Área de Historia, Memoria Histórica y Víctimas
Unidad Policial para la Edificación de la Paz
Policía Nacional de Colombia
Fecha: 31/MAR/2020

LUZ

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Una Luz de Esperanza

La Policía Nacional de Colombia y la Unidad para Atención y Reparación Integral a las Víctimas, rindieron un sentido homenaje a los 118 hombres y mujeres uniformados dados por desaparecidos en el contexto del conflicto armado interno, violencia que ha estado latente en Colombia por más de 5 décadas y en el cual una de sus múltiples consecuencias, es no saber dónde están sus seres queridos.

Esta ausencia causa un vacío doloroso en el seno de cada hogar, ellos son hijos, hijas, padres, madres, hermanas o hermanos que aún esperan volver a ver para conversar, reír e incluso llorar. Una luz de esperanza simboliza esa ilusión de verlos de nuevo, ejemplifica el anhelo de tenerlos en casa y expresa que en medio de tantos años de separación no han sido olvidados. Esta iniciativa de memoria refleja la presencia de ellos en medio de nosotros, personificando su rostro en un cristal transparente, que demuestra la pureza de cada uno, iluminados con una luz blanca, representando la tranquilidad del deber cumplido para que tanto usted como yo conviviéramos en paz.

El lugar de memoria se encuentra en la Dirección General de la Policía Nacional en la ciudad de Bogotá, donde podrá ser visitado por sus familiares y compañeros, dignificando su gran aporte a la construcción de una Colombia mejor y recordándoles a sus familiares que siempre habrá Una luz de esperanza en medio de la incertidumbre por no saber que les sucedió.

Autor
Área de Historia, Memoria Histórica y Víctimas
Unidad Policial para la Edificación de la Paz
Policía Nacional de Colombia
Fecha: 16/DIC/2019

Infancia

By | escritos memoria

Las lágrimas de la infancia

El lazo más fuerte de amor es el vínculo que tienen los padres con los hijos, es puro, sincero y desinteresado. Este es la máxima expresión de admiración y orgullo que se puede sentir por otra persona. Así como el amor que tenía Roy David con su padre Roy Valentino, que falleció el pasado 22 de noviembre de 2019, en un ataque terrorista realizado contra la Estación de Policía de Santander de Quilichao en el departamento del Cauca, junto con dos compañeros Jesús Norbey Muelas Ipia y Ever Danilo Canacuan.

Roy Valentino era patrullero de la Policía Nacional, llevaba 14 años en la institución, en su hoja de vida le habían felicitado por su excelente labor en más de 20 ocasiones y tenía cuatro menciones honoríficas. A sus 38 años era padre de Roy David, a quien el terrorismo le arrebató a su héroe, a su persona favorita. Jesús también tenía un niño de 11 años de edad, Andrés Felipe, compartían momentos maravillosos de padre e hijo, tiempo de lectura, juegos y comidas, recuerdos que quedarán guardados como un tesoro en su mente porque no regresarán jamás. Ever Danilo, deja unos padres desconsolados que no pueden creer aún, que a su hijo de 31 años de edad, le hubieran coartado los sueños de ser un padre de familia y un gran profesional.

Roy David, tiene tan solo dos años de edad, en medio de su inocencia se pregunta ¿dónde está mi papá? Pero quien y como se le explica a este angelito que su héroe ya no está, que no lo volverá a ver porque alguien decidió que ya no estaría más en la tierra y que ahora lo cuidará desde el cielo. Andrés Felipe, es un adolescente de 11 años de edad, que necesitaba de los consejos de su padre para tomar decisiones sabias y ser una persona ejemplar como lo fue su progenitor.

Así como ellos sufren porque ya no están , la Policía Nacional se enluta por la ausencia de tres grandes hombres que demostraron arrojo y valentía, los compañeros extrañan sus risas, sus amigos las conversaciones divertidas y los habitantes de Santander de Quilichao se entristecen porque su seguridad y convivencia ya no será la misma de antes.

Hoy Roy David quedó sin su persona favorita y Andrés Felipe sin su compañero de aventuras, como ellos hay miles de niños y niñas que son huérfanos de la violencia desmedida, por la intolerancia de unos y la deshumanización del conflicto armado que ha estado en Colombia por más de cinco décadas. Desde el cielo, Roy Valentino, será el ángel guardián de su pequeño hijo, Jesús, estará presente en la mente de su hijo Andrés Felipe constantemente y Ever Danilo tendrá la convicción que hasta el último día de su existencia dio su granito de arena por hacer de Colombia un país mejor.

Autor
Área de Historia, Memoria Histórica y Víctimas
Unidad Policial para la Edificación de la Paz
Policía Nacional de Colombia
Fecha: 01/DIC/2019

mensajes

By | escritos memoria

“Mensajes del Alma”

“Aunque no te pueda ver ni sentir, siempre estarás conmigo”

Cuando nos despedimos de un ser querido, existe la ilusión de volverlo a ver. Hay una esperanza de un próximo encuentro para brindar un fuerte abrazo y un caluroso saludo, pero cuando ese momento no llega, la incertidumbre, la ansiedad y el temor nos invade.

Esta semana evocamos a aquellos que no volvieron a ese encuentro, a quienes aún sus familiares y amigos los están esperando para verlos sonreír y escuchar sus experiencias vividas después de tantos años de ausencia.

Aunque viven presentes en la memoria de sus familias, hoy la Policía Nacional de Colombia, a través de la Unidad Policial para la Edificación de la Paz (UNIPEP), recuerda como ángeles omnipresentes a los 118 policías desaparecidos que nos protegen desde donde estén. En la última semana de mayo, rendimos un sentido homenaje a estos seres que en cumplimiento de su deber, no regresaron al seno de su hogar porque hoy desconocemos en dónde están, tampoco cuál fue su destino y mucho menos, qué hicieron con ellos.

En conmemoración a nuestros policías desaparecidos y en solidaridad con sus familias, nos unimos a la campaña “Mensajes del Alma, en memoria de los 118 desaparecidos”, un espacio para plasmar los sentimientos por medio de una nota de reflexión, un pasaje de admiración o sencillamente, unas palabras de exaltación a ellos, recordando que a pesar de la distancia siempre estarán en nuestros corazones porque a quienes amamos nunca olvidamos. Y tú, ¿les dejarías un mensaje?…

Autor
Área de Historia, Memoria Histórica y Víctimas
Unidad Policial para la Edificación de la Paz
Policía Nacional de Colombia
Fecha: 30/MAY/2019

Cielo

By | escritos memoria

Una carrera al cielo

El 12 de noviembre de 1990, al medio día, el cabo primero Oscar Escobar Paez, el agente Wilson Tigreros y nueve niños “patrulleritos” de la Policía Cívica Juvenil, acompañaban una carrera ciclística entre los municipios de Algeciras y Campoalegre en el departamento del Huila.

Este departamento es uno de los más afectados por el conflicto armado interno en Colombia y especialmente, por el narcotráfico y las Farc. Según el Registro Único de Víctimas (RUV), allí han sido victimizados 174.670 colombianos y entre ellos, 1.285 policías por acciones como ataques masivos a poblaciones, atentados terroristas, minas antipersonal, homicidios y secuestros de personas y hasta de un avión con 30 pasajeros, que cubría la ruta Bogotá – Neiva y que las Farc hizo aterrizar el 20 de febrero de 2002, en la vía principal del municipio de Hobo, para secuestrar a unos empresarios y específicamente, al senador de la época Jorge Eduardo Géchem Turbay, quien estuvo seis años en cautiverio.

Los policías y los niños se desplazaban en una camioneta Luv de la Policía, por el sitio conocido como “La vuelta kilómetro 12”, cuando de repente, subversivos del segundo frente de las Farc conocido como “Asaís Pardo”, detonaron cargas de dinamita que habían instalado en una “cuneta” sobre el lado izquierdo de la vía.

“Nos íbamos a tirar al piso, pero unos hombres comenzaron a disparar. Luego le metieron candela a la camioneta…”, relató Sandra Paola Peña, de tan solo nueve años, para un informe de la Revista Semana.

El ataque terrorista le causó la muerte instantánea al cabo primero Escobar, comandante de la Estación de Policía Algeciras, al agente Tigreros, conductor de la patrulla y a cuatro de los niños que los acompañaban. Los cinco niños restantes, resultaron gravemente heridos y luego de ser trasladados al Hospital de Neiva, en vehículos que acompañaban la prueba ciclística, fallecieron dos por la gravedad de las heridas.

Semana en su informe relata, que los patrulleritos comenzaron a gritar, pero otra carga explotó, mientras cerca de 60 hombres, que vestían prendas de uso privado de las fuerzas militares, comenzaron a disparar ráfagas de ametralladora. “Vi cuando mis compañeros caían y caían al suelo. Unos corrían, otros gritaban pidiendo auxilio, socorro, mientras tres hombres disparaban sus ametralladoras y se reían”. Esa fue la aterradora historia que contó, unas horas después, Orlando León Toledo, un pequeño de 13 años que se salvó milagrosamente.

Luego del violento ataque, los subversivos huyeron hacia la zona montañosa, llevándose consigo las armas de dotación de los policías y dejando a sus víctimas abandonadas en la vía.

Sin duda, ese 12 de noviembre , el cabo Oscar, el agente Wilson y su equipo de seis campeones, hicieron su última carrera pero esta vez, al cielo. Los menores fallecidos fueron Karla Yesenia Tello Devia, 8 años; Anderson Devia Rodríguez, 9 años; Wilque Esneider Garzón Lozada, 11 años; Luz Adriana Vargas Quintero, 12 años; Rocio MolinaOvalle , 12 años y Sandra Milena Pinto, 14 años.

Hoy, el sacrificio de estos valientes niños y de los dos policías, se honra de manera simbólica en un Lugar de Memoria construido en el sitio donde ocurrió este lamentable hecho.

Autor
Área de Historia, Memoria Histórica y Víctimas
Unidad Policial para la Edificación de la Paz
Policía Nacional de Colombia

Fotografías – Diario La Nación

Fecha: 20/FEB/2019

dolor

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Dolor de Patria

En este momento, un dolor profundo invade el corazón de más de 20 familias, quienes entregaron a sus hijos a la patria, con la única convicción de contribuir a la construcción de una Colombia en paz. Hoy, Colombia llora a 20 jóvenes que perdieron la vida con sueños y proyectos prometedores, símbolos de éxito y emprendimiento. Ellos decidieron dejar a un lado su hogar y amigos, para iniciar un camino de compromiso, lealtad, honor, disciplina y entrega a la nación, siendo integrantes de la Policía Nacional de Colombia.

Estos 20 estudiantes fueron víctimas del ataque terrorista ocurrido en la Escuela de Cadetes de Policía “General Francisco de Paula Santander” el pasado 17 de enero de 2019, atentado que se constituye en luto nacional, asimismo, en motivo de unión en torno a las familias y la institución. El país se solidarizó rindiendo un sentido homenaje a la juventud, a los integrantes de la Policía Nacional, que anhelan servir a su país y a quienes ofrendaron hasta su vida por ello, gritando a una sola voz “No más violencia” “No al terrorismo”.

Iván, Cesar, Oscar, Diego, Alejandro, Luis, Alan, Juan Diego, Christian, Carlos, Camilo, Esteban, Diego Alejandro, Juan David, Juan Felipe, Yhonatan, Steven, Heiner, Fernando y Erika Sofía, promesas del deporte de no más de 23 años, que se preparaban en el Alma Mater de la Policía Nacional de Colombia para ser líderes y ejemplo para la sociedad. Duele su ausencia y su súbita partida porque harán falta sus risas, sus bailes pero sobre todo, su valiosa compañía.

Autor
Área de Historia, Memoria Histórica y Víctimas
Unidad Policial para la Edificación de la Paz
Policía Nacional de Colombia
Fecha: 21/ENE/2019

Paracuestre

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El patrullero Muñoz, domador paraecuestre

A pesar de las circunstancias que el conflicto armado interno le dejo, Carlos Muñoz, patrullero y carabinero de la Policía Nacional de los colombianos, es un ejemplo de fortaleza, progreso y entereza. A sus 18 años ingreso a la institución porque le gusta servir a la comunidad, el día 21 de enero de 2013, como integrante del Grupo de Operaciones Especiales, en la ciudad de Villavicencio, acudió a atender un hurto bancario pero al llegar al lugar no resultó ser así. Cuando llegó, se encontró con un grupo armado ilegal, era el Frente 44 de las Farc, quienes atentan en contra de su integridad física, dejándolo sin una de sus extremidades inferiores.

Este hecho no fue impedimento para que hiciera realidad sus sueños de ser domador paraecuestre y poder entrenar para representar a la Policía Nacional y a Colombia en los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020.

La institución universitaria Politécnico Grancolombiano cuenta la historia de vida de Carlos, explicando su pasión por este deporte equino, su capacidad de superación, resistencia y perseverancia para lograr cada uno de sus sueños, y como la Policía Nacional contribuye a la materialización de sus proyectos. En el siguiente enlace podrá encontrar mas sobre este relato.

Autor
Área de Historia, Memoria Histórica y Víctimas
Unidad Policial para la Edificación de la Paz
Policía Nacional de Colombia
Fecha: 27/ABR/2018

Despedida

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Salir de casa sin saber que será…“la última despedida”.

¿Cómo saber que será el último adiós que se da a la familia? ¿Cómo saber que no se volverá a casa y que será el último beso de despedida? Esta es la incertidumbre que viven muchos de los policías de Colombia. Sucedió el pasado 27 de enero de 2018 en Barranquilla, donde cerca de 50 policías salieron de sus hogares y se despidieron de sus hijos, esposas y madres, sin saber que esta sería la última vez que los verían con vida.

Ese día, Barranquilla despertaba tranquila y calurosa como todos los días, cuando de repente, en el sur de la ciudad, precisamente en la Estación de Policía del barrio San José, a las 06:30 de la mañana, se escuchó una fuerte explosión que causó pánico entre los vecinos del barrio. Todo era confusión, la gente corría, las ambulancias llegaban a socorrer los heridos y varios familiares de los policías, angustiados, arribaban al lugar a preguntar por el estado de salud de sus seres queridos. Todos estaban comprometidos en auxiliar a los afectados del ataque terrorista dirigido a la Policía Nacional y, la preocupación por salvar la vida de quienes estaban en estado crítico, era el escenario del momento.

El ataque dejó seis policías muertos (Freddys de Jesús Echeverría Orozco, Fredy de Jesús López Gutiérrez, Willy Savier Rhenals Martínez, Anderson René Cano Arteta, Yosimar Márquez Navarro y Yamith José Rada Muñoz), 40 heridos y algunos transeúntes afectados. Desde ese día, hay un inmenso vacío en seis familias colombianas que nadie podrá llenar, un desconsuelo entre los amigos y compañeros que acompañaban día a día sus vidas. También, siete niños quedaron sin sus padres y toda una comunidad aún pregunta: ¿dónde están sus guardianes de la seguridad?

Freddys, Jesús, Willy, Anderson, Yosimar y Yamith, eran quienes garantizaban que los residentes del sur de Barranquilla convivieran en paz y seguridad, durante cada servicio eran cordiales y amables con los vecinos, diligentes y profesionales en actuar. Ellos eran esposos, padres y servidores de la paz, muchos de ellos llevaban 4 y hasta 11 años sirviendo a la comunidad y no sobrepasaban los 30 años de edad. Estos son sin duda, los hechos de violencia que en Colombia no queremos volver a vivir y es por ello que hoy alzamos nuestra voz para honrar a quienes han ofrendado su vida por un país en paz.

Autor
Área de Historia, Memoria Histórica y Víctimas
Unidad Policial para la Edificación de la Paz
Policía Nacional de Colombia
Fecha: 14/FEB/2018

Edificadores

By | escritos memoria

Un adiós a dos edificadores de paz en el departamento del Meta

Edificadores de paz, constructores de tejido social, entre otros, son los calificativos con que se conocen a los policías que integran la Unidad Básica de Carabineros – UBICAR, de la Unidad Policial para la Edificación de la Paz – UNIPEP, que trabajan a nivel nacional en los Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación – ETCR.

El subintendente Leonardo Gutiérrez González, de 36 años de edad y el patrullero Álvaro Villacorte Salazar, de 22 años de edad, con catorce y dos años de servicio en la institución respectivamente, se caracterizaban por su altruismo, liderazgo y entrega a la comunidad, por ser puentes de comunicación entre la población de la Macarena-Yarí en el departamento del Meta y las instituciones estatales y fueron mediadores en la solución pacífica de conflictos para la convivencia.

Ante el compromiso adquirido de consolidar la paz en el campo colombiano, ellos siguieron el camino de la reconciliación y el perdón, lideraron actividades de integración que contribuyeron al mejoramiento de las relaciones entre la comunidad y los excombatientes de las FARC, mediante la implementación de proyectos productivos como forma de comercio y auto-sostenimiento para las familias campesinas del lugar, garantizando la seguridad en un territorio que en otrora sufrió las inclemencias de la guerra.

Estos policías lograron fortalecer los lazos de unión con la comunidad, mediante una labor netamente comunitaria, realizando jornadas de peluquería a los niños, niñas y adolescentes de la región, charlas en los colegios, brigadas de aseo y salud, actividades de alfabetización y campeonatos deportivos, sensibilizando a la población sobre el respeto y acatamiento por las Normas de Tránsito y Código Nacional de Policía, labores de prevención, campañas educativas contra el uso y abuso de drogas, colaboración en actos religiosos y eventos tradicionales de la región, entre otros. Ellos tenían claro que el liderazgo y el ejemplo es la mejor estrategia para lograr esa paz tan anhelada en nuestro país.

Lamentablemente, el día 18 de diciembre de 2017, manos inescrupulosas pusieron fin a tan loable, generosa y humilde labor que Leonardo y Álvaro desempeñaban en la vereda Playa Rica – Meta, ese día les arrebataron la vida y junto a ella, los sueños, proyectos y metas de una comunidad que con ellos construían una paz estable y duradera.

Estos actos de violencia e intolerancia van más allá de la pérdida de dos vidas, representan el vacío de dos hombres “Edificadores de Paz”, quienes guiaban a una comunidad por el camino de la reconciliación.

Autor
Área de Historia, Memoria Histórica y Víctimas
Unidad Policial para la Edificación de la Paz
Policía Nacional de Colombia
Fecha: 22/ENE/2018

126

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Policía Nacional, 126 años más cerca del ciudadano.

Dirigir la Policía Nacional de todos los colombianos es una tarea ardua y compleja, que requiere la mayor atención las 24 horas del día, los 7 días de la semana. Pero al mismo tiempo es una labor que deja enormes satisfacciones las 24 horas del día, los 7 días de la semana.

Sin duda alguna, la máxima satisfacción es poderle servir a tiempo al ciudadano. Por su cercanía con la gente, el policía casi siempre es el primero en auxiliar a nuestros semejantes, ya sea para solucionar un problema entre vecinos o contrarrestar cualquier amenaza de la delincuencia. También, en medio de una tragedia natural, como ocurrió en Mocoa, o en un siniestro, como el caso del avión del equipo brasileño Chapecoense, o cuando necesitamos protección ante un evento extraordinario, como ocurrió con la visita del papa Francisco, que implicó ayudar a proteger al santo padre y a 6,8 millones de ciudadanos. De ahí que sea tan famosa la frase “llamen a la Policía”, que traduce llamen al servidor público más cercano al ciudadano.

Por eso, siento un profundo orgullo patrio cuando veo que nuestros policías hacen hasta lo imposible por preservar una vida o socorrer a los más humildes. Son héroes de la cotidianidad; hombres y mujeres de extrema valentía. Allá, donde hay una tragedia, siempre hay un policía ayudando a salvar vidas. Allá, donde los violentos intentan quebrantar la ley, siempre llega un informado para proteger los valores más preciados de nuestra sociedad, incluso a riesgo de ofrendar su vida.

Debo confesar que la muerte de un policía me genera un profundo dolor en el alma, no solo porque fallece un excelso ser humano y un guardián de la paz y la convivencia, sino porque una familia queda vestida de luto para siempre. Cuando muere un policía muere parte de la institucionalidad que tanto le cuesta construir a una nación.

Trabajar por Colombia requiere de un gran equipo, requiere del liderazgo y el compromiso de cada señor general, coronel, teniente coronel, mayor, capitán, teniente, subteniente, sargento, comisario, intendente, subintendente, patrullero, agente, auxiliar y personal no uniformado. Es la unión de más de 180.000 líderes para trabajar ‘Por una Colombia segura y en paz’.

Nuestro país vive momentos de grandes retos y desafíos. Este año y los venideros se proyectan como tiempos de grandes transformaciones para nuestra sociedad. Por eso, nuestra patria necesita del concurso de sus mejores líderes para continuar avanzando en la búsqueda de una paz estable, duradera y completa.

En el caso de la Policía Nacional hemos estructurado un proceso de Modernización y Transformación Institucional (MTI), hoja de ruta que proyecta la institución del presente y el futuro acorde a las necesidades del país. A través de 15 líneas estratégicas, que ya están en proceso de consolidación, le entregaremos al país policías más humanos, íntegros, disciplinados, innovadores y efectivos en su gestión; policías más cercanos al ciudadano, nuestra razón de ser.

Ya son 126 años al servicio de Colombia. 126 años acompañando la cotidianidad de todos nuestros compatriotas. 126 años en los cuales la institución se convirtió en patrimonio de todos los colombianos.Desde aquel memorable 5 de noviembre de 1891 hasta hoy, la Policía Nacional de todos los colombianos ha sido una institución incluyente, intérprete de esa inmensa riqueza multicultural y pluriétnica de nuestra nación. ¡Gracias, Colombia!, por confiar en su Policía Nacional, institución que a diario trabaja ‘Por una Colombia segura y en paz’.

Autor
General JORGE HERNANDO NIETO ROJAS
​Director General Policía Nacional
“Allá, donde hay una tragedia, siempre hay un policía ayudando a salvar vidas.”
Fecha: 09/NOV/2017